Apenas los tome, empecé a reírme… parecía que todos los inquisidores me miraran y aunque no me importaba, sentí que necesitaba calmar este estado, así que intente entrar en meditación, tome postura pero mi cuerpo estaba demasiado pesado para posturas, así que me recosté y ya sin las preocupaciones del cuerpo, mi espíritu y mi mente empezaron a viajar.
Vi un castillo y a la vera de su puerta cual fiel guardián: un dragón, bueno…. el “dragón” era algo así como mi mascota, juguetón y pizpireto, (…ahora entiendo porque me han gustado siempre los dragones), también estuvieron muchas hadas, duendes y otros seres sutiles y luminosos, jugando y revoloteando a las faldas de una gigantesca manta de verdes infinitos. Miles de colores en infinidad de tonalidades que vestían a un gigantesco ser con forma de mujer en rosa, que abiertos sus brazos me acogía, con una sonrisa que repicaba en mi corazón, repicaba a madre, era mi Mamita Tierra, Mamá Naturaleza en todo su esplendor para mi embeleso.
No sé si pertenezco a ese mundo, pero me siento en casa. Les contaba a estos seres, con las que en buen chisme me encontraba platicando al rato, que ahora vivo en un cuerpo físico y se abrió nuevamente la comunicación entre ellos y yo. No me quería ir aunque sabía que tenía que hacerlo. La MADRE me dijo que no me preocupase que siempre estará conmigo, dulcemente toco con su mano mi pecho, en ese instante vino la imagen de mi madre y el perdón.
Mi infancia paso como una película vivida, mi adolescencia… ese chico que me gustaba. En esa época yo era muy tímida, me sentía no merecedora, ¿cómo alguien me iba a amar si era tan poca cosa?, rechazaba siempre a quien se acercaba interesado en mí.
Sin palabras a nivel profundo me hablaron de mi dignidad como manifestación perfecta de la Divinidad, me hicieron ver que era capaz de amar y ser amada ¡podía amar y ser amada!, mi corazón rebosaba de felicidad……
¿Cuánto tiempo paso? A veces volvía a mi cuerpo y otra vez volvía a salir, a fluir en esas formas de geometría sagrada que veían a los ojos de mi alma, sentía calor en mis centros de energía, percibía olores de dulzura infinita, armonías tiernas asomaban a mi oído llevándome a un éxtasis de armonía, alegría y paz….
Para la ceremonia, uno de mis propósitos era conectarme con Dios, verlo… Cuando volvía a mi cuerpo, preguntaba: ¿esto es Dios? y una afirmación profunda emergía del todo y todos los elementos que me rodeaban en la visión me decían lo mismo al volver a ella.
Vi la negrura y los huecos energéticos de todas mis vidas, vi mucho dolor en el mundo, guerras, niños con hambre… ¡era tan doloroso!, que me paralizada y no sabía qué hacer. La inspiración divina hacía que perdone y pida perdón, cuando la obscuridad era demasiado densa, volvían las hadas y los seres de luz a jugar con migo. Había un duende que me hacía reír muchísimo, eran como ungüento mágico que curaba de inmediato mi angustia.
Al final volví del todo y cuando lo hice, mi cuerpo tenía mucha hambre, tanta como alegría plena en mi corazón.
Una de las enseñanzas que aquel día el espíritu me regaló fue: que hay que disfrutar del momento presente en este nuestro cuerpo físico, solo es temporal. Hay que decir lo que se siente, comunicarnos claramente con los demás, decir que los amamos, sin vergüenza ni miedo a ser rechazados; ser un niño y disfrutar de serlo, aceptarnos como somos …
Muchas cosas se me dijo, ya irán saliendo… de vez en cuando mis amigos de luz juegan conmigo y el toque cálido en mi pecho de la Madre Naturaleza lo siento de continuo.
Gracias hermanitos de luz, por los pies y el caminar que me regalaron
Viajando en el Plano Astral en Búsqueda de la Evolución Espiritual
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Erika Villarreal
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Que hermosa experiencia. Gracias por compartir.
Que grato, sencillo y fluido tú relato Erika, me siento plenamente conectado e identificado.
En el camino del Ser, como vamos entendiendo aprendiendo y comprendiendo que las circunstancias de la vida son siempre parte de nuestro proceso de aprendisaje, que para llegar a alcanzar la luz debemos abrazar nuestra oscuridad , que estamos aquí en este plano, en esta dimensión solo de paso , que en nuestra hora trascenderemos por que somos eternos , por que no somos del cuerpo ni de la mente, somos de la consiencia y somos del alma.